Melbourne
Después de meses y meses, la última vez fue Auckland en la isla norte de Nueva Zelanda, volvemos a visitar ¡una gran ciudad! Por la mañana volamos de Townsville hacia Sidney y sin salir del aeropuerto, volvimos a tomar un avión para llegar al anochecer a Melbourne. Mucha más gente, más coches, edificios altos, tranvías para aquí y para allá… y aquí la gente ¡pita la bocina!.
También hemos dejado el trópico y aquí abajo hace más fresco. Nos paseamos por el centro y su callejuelas repletas de mini cafés, el barrio chino y el mercado de la Reina Victoria, visitamos el museo ACCA para ver una exposición muy vanguardista, tanto como incomprensible… uf, cuantas cosas… para no agobiarnos por el cambio de ambiente, hacemos una escapada hacia la costa por la famosa Great Ocean Road y llegamos hasta Port Fairy, un pueblo pesquero bien bonito con un tranquilidad envidiable.
Regresamos despues de 690 km para seguir con la visita a Melbourne. El barrio de St. Kilda no esta mal y aprovechamos para comer en el restaurante Lentil As Anything, donde pagas la voluntad ya que no hay precios, pero ahora mismo el barrio más chulo es Fritz Roy.
Por este barrio ya estuvimos la primera vez cenando y volvemos a ir por segunda vez. ¿La razón? El Napier Hotel, un pub de estilo antiguo con buena comida sabor añejo y cerveza de barril rica rica. Si, si estuviéramos más noches Joseba volvería a ir.
Visto lo que hemos visto, podríamos decir que Melbourne es una ciudad multicultural e interesante. Recuerda a Amsterdam, Madrid, Londres, Berlin… y poco de lo que hasta ahora habíamos llamado “Australia”.